Desde hace varios años Ciudad Nezahualcóyotl forma parte de mi entorno casi inmediato. No me refiero a la ubicación geográfica sino, digamos, emocional y afectivamente. Cuando uno entra a Neza, el paisaje urbano se muestra con toda crudeza y la metáfora de selva de concreto adquiere un sentido hiperreal Salvo algunos camellones como el de las avenidas Nezahualcóyotl, Sor Juana Inés de la Cruz o Vicente Villada, Ciudad Neza está conformada por calles perfectamente trazadas en las que se asoman miles de comercios, cables, grafitis, coches estacionados, pero casi ningún árbol, tal y como sucede con muchos espacios de la metrópoli que se formaron con la migración a la Ciudad en busca de mejores oportunidades de desarrollo.
Ciudad Neza
Sin embargo, a pesar de la pesadilla urbana que para algunos puede representar Nezayork con su transporte público de terror, hay escenas que a diario la humanizan y la hacen habitable. Por ejemplo, la vida en los mercados y las iglesias, la gente abriendo sus negocios por la mañana, o los pamboleros y corredores en los polvorines que son los campos de futbol del Bordo de Xochiaca. Neza es de los pocos lugares en que todavía te subes al transporte público y la gente te desea buen día, tarde o noche, según sea el caso, aunque últimamente tengo la impresión de que sucede con poca frecuencia.
¿Cómo es que, en un entorno con condiciones habitables que más de uno calificaría como precarias, la gente sale a la calle y, al parecer, la pasa bien?
Aquí unas fotos que hablan de la gente de Ciudad Neza, muy chambeadora http://www.zexe.net/MEXICODF/taxi.php?qt=6&can_actual=40
Un reportaje bastante interesante: http://elpedrodiazg.blogspot.com/2008/10/neza-estampas-postmodernas.html
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