LA UNAM

He tenido la oportunidad de convivir profesionalmente (ja! profesionalmente…) con gente egresada de otras universidades que no son la UNAM. He conocido a gente de universidades públicas, privadas buenas y privadas patito y puedo decir que cuando la gente que estudió en la UNAM se conoce por primera vez, se da una especie de identificación y empatía casi inmediata (aunque después los implicados se lleguen a odiar a muerte). Esto no lo he visto con gente egresada de otras escuelas sobre todo de las privadas, al menos yo no lo he visto. Creo que la UNAM se te queda tatuada en la piel, para bien o para mal.

En la UNAM conocí a Magu, el amor de mi vida, conocí a mis amigos (con todo lo que la palabra implica) así que, dejando fuera lo académico, con eso me basta para agradecerle sobremanera a la Universidad Nacional Autónoma de México.

Digo que dejando fuera lo académico, por que así como uno se encuentra con excelentes maestros, también te topas con especimenes nefastos. Recuerdo a un profe. que en la FES Acatlán, se la pasó diciendo todo el semestre que las empresas en México discriminaban a los portadores del VHS, sí del VHS… en lugar del VIH. Nunca, nadie lo corrigió porque era realmente divertido escucharlo y reírnos de él a hurtadillas. También nos decía que el creador de la Teoría de Sistemas era un tal “bertanflai” en lugar de Bertalanfy.

Bueno, todo este choro es para decir que yo si me siento orgulloso de haber estudiado en la UNAM. Y que he dejado de envidiar a mi amigo Héctor quien en este post nos presumía su fotografía dentro del estadio de CU, (el más hermoso de México). Y lo he dejado de envidiar por esto:

Mi foto a la llegada al Estado Olímpico Universitario, después de correr 5 kilómetros en el Pumathon 2008.

Y ya encarrerados, esta con Magu, después de hidratarnos con "Gueitoreid" en las Islas.

Por cierto, otra razón para decir que en la UNAM no todo es miel sobre hojuelas es que mi número y el de Magu nunca aparecieron en los resultados oficiales, o sea como si oficialmente no hubiéramos corrido. De seguro el cronometrista le estaba viendo las piernas a las mujeres, como todo un buen vigilante de “Auxilio UNAM”.